Una buena definición de lingüística debe contener el aspecto estructural (que lo conforma) y funcional (para qué sirve).
Aspecto estructural
El lenguaje es un sistema de comunicación y la materia prima del lenguaje es el signo lingüístico, es decir, la relación entre significado y significante.
El signo es arbitrario y eso significa dos cosas: (1) no hay nada esencial; (2) no hay nada natural que los asocie, por ello necesitamos una convención, un consenso. El signo puede ser entendido por un símbolo porque además está la convención.
El lenguaje es formado por signos, símbolos bajo una convención. Estos signos están relacionados entre sí. Su orden y disposición son importantes para entenderlos. El concepto de sistema es el más correcto para referirse a este conjunto de signos porque guardan relación entre sí, hay interrelaciones y son arbitrarios.
¿De qué naturaleza son estos signos en el lenguaje?
Los signos nacen de la interacción oral entre los hablantes, es decir, la naturaleza de los signos es oral.
Aspecto funcional
Este sistema de signos orales sirve para comunicarnos, nos permite hacer común algo (inter-comunicación), para comunicarnos con nosotros mismos (intra-comunicación). Nos permite categorizar las cosas, la realidad y con ello organizarla, ordenarla.
Además, el lenguaje permite crear cultura, confeccionar artefactos culturales. Un ejemplo es el concepto de Dios: nadie puede negar que existe el contexto de Dios, mas allá de si existe realmente. El lenguaje permite crear comunidad y la identidad de un grupo generando un sentimiento de pertenencia.
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